Fanny Rome, interpretando "Ce Georges" junto a Salvatore Adamo.
Es una instrumentista de nivel internacional; pero quizá su interés no esté en el grado de proyección de su música. La primera vez que asistí a un concierto donde Fanny Rome actuaba; -no le conocía anteriormente-, fue sorprendiéndome a medida que el concierto iba transcurriendo. En los primeros temas, aparecía junto a un violín, que tocaba magistralmente. Después lo dejó sobre su estuche y tomó un trombón de varas, el cuál lo fue manejando con potencia y entusiasmo. A mediados del concierto, se colocó al junto a un violonchelo que estaba a la espera de que sus manos trazaran deliciosos arpegios.
Fanny, acompañando con su violín.
Pero, las sorpresas no acabaron ahí. Entonces Salvatore, su jefe, le invitó hasta el centro del escenario, y allí Fanny, micrófono en mano compartió al unísono junto a él, una canción de tintes irónicos y desenfadados sobre el actor George Clounny, cuyo título es: "Ce Georges".
Entonces Fanny, saca sus dotes escénicas y la calidez de una voz que hace recordar las grandes voces que transitaron por escenarios de Montmartre, cantando a las esencias amorosas que puedan darse en París.
Fanny en plena actuación. Tras de ella, Salvatore Adamo.
Desde aquí, quiero reivindicar su figura; a la vez que tantos otros instrumentistas, que sin ellos ningún intérprete recogería éxitos. Ellos son la base de cualquiera de las llamadas figuras de la música, aunque los públicos no siempre valoren y aprecien su técnica y arte.
Pareciera que los focos de la fantasía sólo se colocaran sobre los gurús del espectáculo, y quienes consolidan ese espectáculo quedan relegados a un papel meramente gris y eternamente secundario.
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