miércoles, 13 de diciembre de 2023

"LES JARDÍNS ÉTERNELS"

 Voy a dejar este mundo sin sentirme triste, la vida ya no me atrae. He visto y experimentado todo, odio la era actual, estoy harto de ella". -Así se expresaba el actor Alain Delón cuando cumplía 87 años. El francés fue uno de los iconos de belleza masculina en el siglo veinte. Al parecer, ejercía de "gigoló" en los alrededores de la estación Roma-Termini cuando fue descubierto por el gran Luchino Visconti, quien lo convirtió en su amante a la vez que lo lanzaba al estrellato como un cohete.

 

Carbonell, Mavi y Silvia.


También deja caer estas perlas: "Todo es falso, todos se ríen del otro sin mirarse a sí mismos; sólo el dinero es importante. Escuchamos sobre crímenes todo el día". Pues eso, como vivimos en una época travestida del masónico culto al horror y la fealdad, al puro satanismo, se nos antoja que al igual que el mundo antiguo se acercaba a los templos paganos para purificarse, nosotros acudimos intermitentemente hasta los jardines Carbonell para hallar la paz y reencontrarnos con el Edén por siempre soñado.

En lo que Carbonell denomina como "fototeca", donde alberga más de 80000fotografías de los cinco continentes



El fotógrafo de la mirada picassiana, que ha pisado los cinco continentes junto a sus cámaras, Jesús Carbonell, nos hizo cómplices de ese lugar plagado de sensaciones naturales, de retazos orientales, africanos, de una cosmogonía en sí. Para cualquier alma neurótica, los jardines Carbonell son un bálsamo curativo del estrés y ansiedad.


Las invitadas, admirando y rindiendo pleitesía al africano que convive con Jesús Carbonell



La neurosis es una enfermedad que surge en los albores del siglo veinte; recuerdo cuando un coleccionista de arte holandés me mostraba una pintura atribuida al siglo diecisiete. El hombre creía que aquello era auténtico, de esa época. Le dije que las gentes de ese tiempo eran discretamente felices y que la protagonista de su cuadro mostraba rasgos de la enfermedad moderna, es decir de neurosis. Por tanto, aquella obra era falsa, posiblemente producto de un pintor contemporáneo. El holandés quedó cariacontecido con mi comentario, pero a continuación me invitó a unas pintas de cerveza negra. Ningún "experto" le había arponeado tan directamente al corazón.


El fotógrafo muestra algunas de sus singulares obras a Silvia Barroso.



Mavi Martínez es la bibliotecaria de Mahoya, una apasionada del perfume de los libros, y su amiga Silvia Barroso es profesora y actriz de teatro. Ellas han sido las elegidas del destino para sentir las fragancias de la espiritualidad en mil matices de verdes, de acrisolados malvas, de un atardecer envuelto en la magia prístina, litúrgica de un insólito paraíso. Los ojos de Carbonell que han visto las orfandades y desdichas de medio mundo se han mostrado bucólicos, con la ternura de un vampiro de la post-modernidad, habiendo sugerido su bastísimo mundo de imágenes a Mavi y Silvia.

Uno de los deliciosos rincones de los recónditos jardines.



Los jardines carbonelianos no conocen los sonidos de iphones, tablets, ni de ningún cacharro cibernético por la ausencia de esa  maldita cosa  llamada "cobertura", lo cuál y ya de regreso, las visitantes cómodamente arrellanadas en su vehículo fueron martilleadas por mensajes wassaps y demás zarandajas de la vida orweliana que provocaron el desvanecimiento de la singular magia vivida en tarde otoñal y crepuscular.

Una pintura nuestra que tiene como escenario los afamados jardines.



Texto y fotos de Giovanni R.Tortosa

No hay comentarios:

Publicar un comentario