sábado, 6 de enero de 2024

PLACERES PARISINOS

             


                                                                                                                                                          Me decía mi acompañante que "Chez Denise" era uno de los restaurantes de mayor raigambre en París. La decoración del local no tiene desperdício y su carta acoge los platos de cocina casera de la ciudad; nada que ver con la nouvel cussine, aunque tenga algunos toques de ésta.




Otra de las rarezas que conviven en este bistró clásico entre los más clásicos es que cierra a eso de las cinco de la madrugada, por lo que la nocturnidad y vampiros a granel pueden darse algún que otro placer culinario antes de la llegada del alba.

Interior de Chez Denise


Podríamos destacar de su extensa carta un "foie casero"que ni por asomo tendría rival. La célebre "caussolet", -esa especie de fabada francesa-, tiene otro punto altísimo. No pidas marcas de vino, ya que allí se estila que te sirvan cualquiera de los caldos caseros. De los postres sobran comentarios, y para presidir este reportaje ya pusimos esa imagen de flan sobre uno de los platillos marca de la casa, y que es todo un poema, aparte del aterciopelado sabor que te deja directamente noqueado.

La ración de mantequilla no pude faltar en toda mesa francesa.


El precio medio de todo este festín puede rondar entre los 20 y 25 euros por comensal, que para estar en París no nos parece nada caro. Chez Denise se halla en la zona de Les Halles, en el 5 Rue des Prouvaries.




El segundo templo gastronómico del que hacemos mención, es otro de los históricos parisinos: "La Coupole-Brasserie", situado en el 102 de la avenida de Montparnase. Calidades aparte, este local debe su enorme fama y prestigio por haber sido epicentro artístico de tertúlias, cenas y exposiciones de escritores, intelectuales y gentes de la bohemia. Jean Cocteau, Braque, André Malraux, Marc Chagall, Hemingway que estaba en todos los saraos o la venerable Édith Piaf dejaron su impronta en la atmósfera sobrecargada de espiritualidad y alcohol del lugar.





Al ver las ostras de Arcachón nuestros sentidos se abrieron a la par, como el narcisismo delirante que aflora en el turista de la Moncloa.



 Un plato de rape y marisco diverso con fondo y salsa de chorizos picantes nos puso al borde del éxtasis absoluto. ¡Y un detalle que no pasó por alto!; nos sirvieron una especie de "cucuruchos" de papel con unas patatas fritas realmente antológicas, ya que no se trataba de las consabidas patatas congeladas que se sirven como complemento en el 99 por ciento de locales. Éstas eran crujientes, finas y de una textura singular.

Unas patatas fritas excelentes.


En Coupole también desayunamos, y ahí dejamos algunas muestras de sus quintaesenciadas elaboraciones.












Desayunar, comer o cenar en cualquiera de estos lugares no sólo significa comer bien, también es adentrarse en ambientes y atmósferas de casi ensueño, ya que la decoración e iluminación de los mismos es excelente, y decimos esto porque sabemos de tantos locales españoles que pareciera que estamos en un tanatorio o un quirófano por ser más suaves.  Es un fenómeno psicológico que se suele dar en países con mucha luz solar como España. Las iluminaciones a base de fría luz blanca de neón se contrapone con las iluminaciones de interiores en países con menor incidencia lumínica y donde consiguen mayor calidez en sus restaurantes y bares.

La calidez de una iluminación ajustada.


Y no solo valoramos restaurantes, nos adentramos en comercios como la sombrerería de Michel, también en la zona de Les Hayes. 




Pero, ¿y quien encarga unos zapatos de vestir, elegantes hasta decir basta? Pues sí, en un mundo donde todo el personal camina con zapatillas deportivas, París, que es la ciudad de la elegancia te puedes hacer por encargo joyas como estas:




El costumbrismo parisino es inconmensurable, la gracia de algunos locales, de sus puertas o fachadas, del ambiente de sus terrazas; incluso si me apuran hasta del transitar de sus vehículos. Al iguál que Cádiz tiene esa gracia única e incomparable, París tiene un halo de misterio y pasión que hacen de ésta ciudad todo un icono universal.



Texto y fotos de giovanni R.Tortosa.

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