viernes, 31 de enero de 2020

LAS MODELOS EN MI PINTURA



Siempre estuvieron ahí,  en las obras de pintores, escultores, orfebres y actualmente de muchos fotógrafos: los modelos. Una estupenda amiga, Ana Monterde Flores, hizo un comentario reflexivo acerca de una de mis obras, donde la figura femenina presidía una atmósfera intimista, entre ráfagas de luz que se colaban a través de una ventana:
"Esta mañana desperté con la imagen de este cuadro en mi mente...Y me permití meditar la imagen. La soledad y la calidez que se aprecian en la estancia...Permite sentir el silencio en que una mujer es capaz de desnudar su cuerpo y su alma. ¿Quien sabe si se entregó a otra alma? Pero; veo a una mujer sola y abandonada..."
Esta es la obra aludida por Ana Monterde.

Los modelos siempre anduvieron compartimentando espacios junto a los artistas, en lo más recóndito de sus talleres y estudios. Entre ellos siempre hubo una complicidad de voz baja, y en infinitud de ocasiones se trenzaron relaciones que iban más allá de las meramente profesionales. 
Anne Marie David.


En mi caso, daré gracias al destino por haberme deparado una rica y fructífera vinculación con ellas, las modelos. Por esa suerte o quizás sortilegio pude realizar obras que sin la colaboración de estos seres hubiese sido imposible.
 
Sonia frente al espejo.

¿Qué sensaciones se tienen a la hora de posar? Esta pregunta siempre me la hicieron aquellos que sabían de la existencia de los modelos reales; que las figuras que pululaban por los lienzos no eran frutos de mi fantasía. Mi respuesta era aquella que la experiencia dilatada me refrendó: "Al final de las sesiones, cualquiera de las modelos me da las gracias por la satisfacción que obtuvo en esa experiencia".  Y luego matizaba el por qué de aquellas satisfacciones: "el modelo se olvida que está siendo observada minuciosamente, incluso que está desnuda; el tiempo de posar le abstrae y provoca un estado íntimo de bienestar; es como adentrarse en una catarsis mística, que le hace por otra parte converger en un espacio romántico, intemporal, donde su figura servirá para que el artista recree un mundo de fantasía y belleza. Expresará una realidad diferente, con ínfulas de ensoñación".
Helena a contraluz.
  Puede, que ese abandono físico, el olvidarse del tiempo presente provoque ese esbozo de aparente soledad, al que se refiere nuestra amiga Monterde; pero que sólo es una consecuencia del momento vivido, como de nirvana.
 Diré también, que estas modelos no son profesionales, son simplemente amigas que gustosamente se prestaron a vivir semejante experiencia. Sólo tuve una profesional, que protagonizó unos eventos realizados en salas de fiesta. 
 
Junto a Chanel, pintando en vivo y directo, en una sala de fiestas.

La contribución femenina al arte es inmensa, aunque parezca mas bien opaca.  De manera directa o indirecta su colaboración en este universo siempre tuvo un acento importante, y que sin ellas nada hubiera sido posible...

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