jueves, 31 de octubre de 2024

JOSÉ ANTONIO "ROJO", TALENTO ADMIRABLE

 Le llamaban "el buitre de la Arboleja"; -aunque él nunca tuvo vinculaciones madridístas y tampoco barcelonístas. El talento futbolístico de este hombre de cabellos rojizos, -por ello era llamado "Rojico" y posteriormente "Rojo"- fue inmenso y los defensas contrarios estaban llamados a pararle los pies, ya fuera de manera semi-correcta o de forma víl y sanguinaria. Pero, la lesión de mayor envergadura se la produjo en un entrenamiento.

José Antonio "Rojo" en la actualidad.

--"A pesar de las durísimas entradas que sufrí en mi carrera, me lesioné la triada en pleno entrenamiento cuando era jugador del Cartagena. Luego, tuve otras lesiones, pero lo de Cartagena sin duda fue la más grave"


Probablemente los aficionados de aquella época desconozcan cuál era su primera demarcación en un equipo, y que sorprendentemente no era actuar como delantero.

--"Empecé jugando de portero; aquello me gustaba, pero debido a mi escasa estatura tuve que dejarlo. De allí pasé a la delantera, ya fuera como extremo o delantero centro."


Jugando con el Orihuela.

Por cierto, ¿en que demarcación prefería jugar?

--"Como delantero centro, a pesar que en los extremos disfrutaba, incluso llegando a jugar en la banda izquierda."


Salió del Bosco, pasó al Cieza Promesas para ser el grán bastión y figura en el Club Deportivo Cieza, por cierto el maestro García Alcázar le dedicó un pasodoble, cosa rara en un futbolísta.

--"Así fue, el maestro era de mis seguidores o fans como ahora se dice. ¡Claro, los pasodobles son propios para toreros pero no futbolístas, y en ese sentido me sentí dichoso y sumamente feliz por ello! En alguna ocasión y estando la banda en el campo, cada vez que marcaba entonaban el pasodoble y yo me veía obligado a saludar. ¡Fue muy bonito!

El maestro García Alcázar al frente de la Banda Municipal en La Arboleja.

En el Club Deportivo vivió el célebre ascenso a segunda B siendo Juan León presidente. ¿Qué recuerdos tiene de aquella experiencia?

--"Como jugador creo que fue mi explosión futbolística. La temporada en tercera y luego el ascenso son de esas cosas que trascienden en el tiempo. Haber jugado junto a Manu Núñez o Mario Armando Husillos, ¡qué grandeza! Por cierto, con Husillos sigo en comunicación, últimamente andaba como director técnico en un equipo griego, después de pasar por Inglaterra. De Quevedo guardo su estigma como jugador y persona de una tremenda honestidad. La inmensa calidad de Isaac Palazón "Isi", el oficio de Juanjo o Pedro Gaspar. En realidad formamos un grupo muy compacto y luchador.


Con el Real Murcia.

Y del entrenador Calvo Marini, ¿qué me dice?

--"Buen preparador, aunque para mi gusto tenía un estilo algo anticuado para lo que eran aquellos años".

Le recordamos a José Antonio, algunos otros nombres de aquél equipo, por ejemplo el defensa central Manu o el delantero aguileño Paco Valera.

--"Manu venía del Villa-real y era un portento atrás, ofrecía mucha tranquilidad, y de Paco Valera siempre envidié su disparo. ¡Qué potencia tenía, todo un cañonero!"


Caravaca, Albacete, Hellín, Cartagena, Orihuela, Relesa Las Palas son nombres de algunos de los equipos por los que Rojo transitó, aparte de los equipos de su Cieza natal. ¿Cómo eran sus contratos?

--"Muy sencillo, sólo firmaba por una temporada, no iba para más tiempo. En función de ello ampliaba el contrato o no. En realidad fueron casi siempre positivos y en un equipo donde Antonio Pedreño era entrenador quisieron contratarme pero no me convencía aquello. Les pedí un dinero por encima de mi cotización para no ir, pero después de unas dudas de la junta directiva decidieron ficharme. ¡Ganar 400.000 pesetas cada mes, de aquellos años en tercera era toda una locura!"


Esto significa que usted no solamente disfrutó jugando, también hizo "caja"?

--"En ese sentido no puedo quejarme, el fútbol me dió mucho de lo que hoy puedo disfrutar; económicamente salí muy bien parado".


Un jugador como Rojo tuvo muchos éxitos; ¿los solía festejar después del partido?

--"En pleno campo me sentía feliz cuando marcaba; allí lo festejaba, pero fuera no mucho. No consumo alcohol, no me gustan las fiestas, me conformaba con ir a cenar junto a mi novia."

Con el Club Deportivo Cieza de sus amores.

Por cierto, ¿ha sido usted hombre de un sólo amor?

--"Evidentemente. Mi novia y posteriormente mi mujer ha sido el amor de mi vida."

A José Antonio se le iluminan las pupilas cuando sale a relucir su esposa. Se le nota feliz como cuando saltaba para festejar un gol. Conforme avanzamos la entrevista se le percibe más relajado y entregado a su tema estrella: el fútbol. No en vano pasaron tres horas sin evidenciarlo. Hace hincapié en la mejor preparación: alimentación, ejercicio y descanso. No en vano, ahora José Antonio ejerce de entrenador de las actuales promesas del fútbol ciezano.





Antes del famoso gol de Messi frente al Getafe, es decir bastantes años atrás, usted hizo una jugada idéntica, acabada en gol pero con anécdota curiosa.

--"Cogí el balón en mi propia área, me fuí como una bala al centro y anduve sorteando uno a uno, hasta que un defensa quiso frenarme en seco pero sólo consiguió sacarme una bota y entonces proseguí hasta porteria para regatear al portero y llevar el balón a las redes. Y claro, apareció el árbitro, se me acercó y dijo lo siguiente: tendría que anulártelo, porque no se puede jugar casi descalzo, pero fue una jugada tán mágica que no tengo más remedio que dártelo como gol legal. Lo curioso es que ningún jugador protestó por la cuestión".

Si esa jugada con gol incluido la hace en La Arboleja lo sacan en procesión el domingo de Ramos junto a La Burrica.  -José Antonio se ríe abiertamente y es cuando saca a relucir su popularidad de entonces:

--"En mi barrio colocaron una iluminación nueva y más potente y algunos vecinos creían que yo había sido quien movió los hilos para ello, pero no fue así. Me adjudicaban honores que no me correspondían". 



El precio de la fama tenía eso, pero también "disfrutó" de los muchos improperios e insultos de los hinchas rivales. ¿En el césped se escuchaba todo eso?

--"Ya lo creo, ¡y no digo de los defensas!.."

Y ahora dígame un secreto, ¿cuál era su equipo como aficionado?

--"La Real Sociedad de Arconada, López Ufarte, Satrústegui, Zamora, etc".

Hablar con un jugador como Rojo te brinda un amplio abanico del trasfondo que se mueve en semejante deporte; porque su curiosidad maneja  todos los resortes de semejante tinglado, y seguro que la charla nos daría para una conferencia o algo semejante.



En España, si no has sido jugador en primera y especialmente en el Madrid o Barsa no eres nadie. Qué apuntaría José Antonio a esa cuestión?

--Que así es, pero la filosofía que marca este país  en nada tiene que ver con otros escenarios de paises  europeos donde se priman las verdaderas esencias del fútbol. Aquí se otorga más importancia a la fama. De todas maneras podría citar decenas y decenas de jugadores con mayor calidad que muchos de primera, pero quizás, tál vez el tren no les pasó y ahí siguieron. En el fútbol como en cualquier profesión deportiva o artística la suerte es la clave.

¿Qué gol le hubiese gustado dedicar a su madre?

--"Mi madre murió muy joven, nunca pudo vivir lo que fue mi vida deportiva. En realidad no sabría dar esa respuesta."

La mirada de Rojo se torna difusa, medita y no encuentra salida a tán compleja tesitura. Hacemos un cambio de tercio y hablamos de su hijo, actuál futbolista y le pregunto si ha heredado el veneno por el gol. 

--"Mi hijo tiene otra actitud diferente a la mia. Somos diferentes como jugadores. Me encantan sus maneras". 

Casi todos los futbolistas tienen supersticiones, ¿cuál era la de Rojo?

--"Siempre me gustó saltar al campo detrás del capitán; probablemente porque yo era el más joven en muchos de los equipos que jugué. El caso es que me sentía seguro de ese modo".



¿Qué supuso el Eme-A-Uno, célebre pub ciezano?

--"Fue el lugar de encuentro, de tertulias entre jugadores. Carlos Alonso el "Porteño" supo insuflarle toda la pasión futbolera que él mismo traía consigo. Nos sentíamos casi en casa propia. Luego, tenía aquél lado oscuro y misterioso, cuando a ciertas horas de la noche parecía algo así como un club privado. Aquel local dió mucho juego".

Y actualmente, como ve el fútbol de ahora en contraste con su época?

--"En mi tiempo como jugador había más próximidad entre aficionados y futbolistas, cosa que ahora no sucede. Es cierto que actualmente acude mucho público a La Arboleja, pero todo es más frío, quizás tenga que ver con la sociedad actuál, más tecnócrata y menos natural".

El tiempo voló escuchando a este hombre talentoso, sobrio y con un alto sentido de la realidad. Porque otros con mucho menos bagaje, con trayectorias de menor brillo que él tendrían el ego por las nubes. Sin embargo, José Antonio nunca dejó de ser el hombre de rostro aniñado, humilde, exento de vanidades. Cuando habla acerca de los comentarios de hijos de amigos al respecto de tál o cuál gol suyo, lo hace en voz baja, como si no quisiera hacerse eco. Tiene la elegancia y categoria de los elegidos.


                                                 G. R. Tortosa













viernes, 18 de octubre de 2024

POR TANTO AMOR A CONTRALUZ

De un viejo piano afloran notas que nos evocan "Los sonidos del silencio", y delicadas ráfagas de luz se van colando por los grandes ventanales que dan a la Avenida de Portugal, en el límite con Aluche.



Junto a una de las ventanas se halla la figura de un hombre de cabellos dorados, entreverados con alguna que otra cana. Mira fijamente hacia los alcornocales que quedan detrás de la gran avenida; delimitan la popular y entrañable Casa de Campo madrileña. No en vano, ese lugar le provoca algún que otro flagelo en el alma. Pero también una amalgama de sensaciones de tono agridulce y hasta diría que placenteras.


La hojarasca otoñal pone un ligero barniz de matices en oro viejo y anaranjados en la tarde, como un atardecer de tintes velazqueños. Sus pupilas no dejan de escudriñar aquél espacio vegetal; tal vez porque su adolescencia anidó allí, anhelando sueños de papel, quimeras como pavesas en el viento.


Todo ello provocan suspiros en su anatomía a contraluz que ya frisó los sesenta, aunque su cuerpo todavía conserva la fibra atlética que su vocación le requería. A pesar de pertenecer a barrios como el Lucero o Canillejas, el destino le endosó el apelativo de príncipe; bueno, a él y sus dos compañeros de sueños y fatigas. 


Hoy sigue preguntándose cómo llegó a sobrevivir a sus amigos principescos, y a tantos dislates que cada tarde se daban en un círculo dorado de sangre y sol; de tantas conjeturas y nervios desatados en hoteles de lujo y también en descacharradas pensiones  en perdidos pueblos de Castilla. Todo ello es como un fragor del viento que va acariciando sus sienes plateadas.


La tarde va adentrándose en sus últimos estertores; a los matices crepusculares se une una fina lluvia que va salpimentando una atmósfera densa entre vapores y humos de los coches, que no dejan de transitar por la avenida. Los edificios de Plaza de España despuntan al fondo, lejanos e imprecisos. Un ambiente que destila la melancolía mísma de la figura masculina junto a la ventana. 


El piano dejó de sonar, porque la joven estudiante quedó embelesada por el calor de la escena, que como un retazo de teatro le sugiere no perder detalle. Es como un atrezzo meramente teatral, pero ciertamente real, como lo fuera la profesión que ejerciera él.


En el cristal se van formando pequeños regueros de agua, dibujando un escenario  abstracto, surreal y hasta bucólico. Las luces de color bermellón de los coches van creando estelas luminosas que recuerdan una procesión penitencial andaluza. De repente, el piano vuelve a sonar, esta vez con una suave melodía que parece motivar al ex-príncipe.


Es pura intuición, de repente aquellos sonidos le disparan su mente a miles y miles de kilómetros, y como quien musita una oración, de sus labios salió en tono bajo:

"Escuché las golondrinas al marcharme. Era simple coincidencia del destino. Y es por eso que al oir las golondrinas, siempre me hacen recordar los días aquellos. Hay momentos desastrosos en la vida, y esa pieza entre los mios uno de ellos...."  La joven pianista, sorprendida tál vez por la improvisada interpretación sigue desparramando notas en el ambiente, a la vez que observa el semblante de piel sonrosada de quien fuera artista bruñido de oro y plata. 

La mirada se le va empañando al iguál que los cristales, perdida en un punto infinito que va más allá de los alcornoques que engalanan la avenida. En escaso tiempo todo el bagaje de vida explosionó en su memoria, apenas sin darse cuenta de ello. Y así, mirando de nuevo el horizonte crepuscular, entendió que todo fué un carrusel de sensaciones en un mundo barroco, repleto de aplausos, algún que otro fracaso, incomprensiones y la incertidumbre siempre como estandarte. 




Puede, que tanto frenesí de viajar en el tiempo le haya perturbado, mientras los chasquidos del agua ponen un corolario sonoro a su zozobrante mirada que sigue perdida en un punto gris en la distancia. También comprende que todo, absolutamente todo no tiene sentido por el vacio dejado por ella.


La pianista marchó, dejando unas golondrinas en el aire y nuestro protagonista sintió como de sus ojos brotaban un par de lágrimas, macizas como dos perlas a la vez que en sus labios afloraba una sutíl sonrisa al creer que una imagen de Mar y Sol aparecía como un sortilegio en los cielos de Madrid.

                                               J.Ruiz Tortosa

A mi amigo Julián, maestro fuera y dentro de los ruedos, por su tremendo humanismo, por compartir tantos sentires de un hombre profundamente sensible... 






martes, 15 de octubre de 2024

SILENCIOS Y MISTERIOS EN FRANCISCO JOSÉ PALAZÓN

Los arcanos de la Tauromaquia son siempre inescrutables, que como ciencia infusa apenas revelan nada. Por ello, por vivir en ese mar proceloso, malharado, aunque seductor y caprichoso, los que navegan en él quedan impregnados de por vida con la pátina del misterio. 




Y nos referimos a sus primeros actores, a aquellos que forman parte del teatro único, el de verdad, donde el arte, la belleza y la muerte conforman una trilogía singular. La golfería que rodea y vampiriza a este espectáculo queda al margen. 


La historia del toreo está repleta de seres extraños, individuos de perfil acrisolado, enigmático; como si hubieran venido de otro planeta. Quizás, por su especial manera de adentrarse en los vericuetos de una incertidumbre siempre presente, de un devenir absolutamente incierto. Y al fondo de todo ese oscuro marasmo, probablemente les espere el radiante foco que la mano de un dios pagano les ha colocado para irradiar una luz sobrenatural, cegadora y brillante, otogándoles calidades de semi-dioses terrenales.


En la hiper-artificiosa y robotizada vida actuál se hace complicado comprender y asimilar la vida de un torero, de cómo se pasa del caminar por enmoquetados pasillos de regios hoteles al olor de estiércol que desprenden los patios de cuadrillas, para después acceder a un escenario circular donde oro, sangre y sol serán sus aliados. 


Francisco José Palazón es uno de esos seres cuyo destino le hizo acceder a ese laberíntico micro-cosmos, que al iguál que Teseo se las tuvo que ver con el Minotauro hace la friolera de treinta siglos, él también sintió la dicha de ser elegido.



Torero de reciedumbre clásica, de ancestros con la marca José María Dols Abellán, alicantino de Elda,  hoy maestro y faro-guia de auténticos zafiros, oros y perlas que serán pulidos a través de todo su baluarte de técnica y filosofía taurómaca. 


Borja Escudero, Kevin Alcolado, Iker Ruiz o Javier Cuartero no son cosas de la casualidad, vienen a ser los frutos de una entrega sin límites, donde los horarios y el esfuerzo personal que enarbola Palazón y hace que su labor cruce las fronteras de lo convencional.  Cuando algún aficionado contemple desde su grada las peripecias artísticas de sus discípulos, jamás podrá sospechar los desvelos que ese profesor, maestro y por siempre amigo tiene hacia ellos. Si te dicen que antes de romper el alba salen desde Alicante, camino de Badajoz para tentar unas vacas en la ganadería de Juan Albarrán, y que en el mismo día regresarán a Alicante, -al menos los que hemos efectuado muchas veces ese trayecto nos cuesta creerlo. Y así sucesivamente, ya sea Cáceres, Jaén, Salamanca; lo de la escuela alicantina y su capitán nos parece increíble. 




Llegará el día donde los Alcolado, Escudero, Cuartero e Iker serán los referentes taurinos de Alicante, cuando ya los Manzanares y Esplá sean una rémora en el tiempo. Entonces, Paquito Palazón, semioculto, solitario en lo alto del graderío, verá con ojos emocionados entre volutas de humo del cigarrillo las evoluciones y disfrutará de los éxitos de quienes un día pusieron sus voluntades y sueños toreros en él, en su talento de maestro grande.